¿De donde surge la necesidad de lectura en el ser humano?

Tal y como afirma Evelio Cabrejo Parra, la lectura es algo inherente a la puesta en movimiento del pensamiento. La lectura no es un acto de simple interpretación de escritura, sino el hecho que permite construir aquello llamado inteligencia.

La inteligencia, lo que llamamos mente, surge del desarrollo de las funciones mentales como un modelo de reacción frente al cambio constante que presenta el entorno y nuestras propias necesidades.

En un primer nivel de desarrollo encontramos los tropismos. Estos son un tipo rígido de conducta o método de adaptación, que se da en plantas y seres “primitivos”, y funciona por un método de prueba y error a lo largo de muchas generaciones. El segundo nivel es la adaptación refleja, que requiere ya de un sistema nervioso con un centro y conductores definidos; este consiste en la estimulación de un receptor que ocasiona una respuesta constante y específica, y que podemos encontrar ya en el sistema nervioso autónomo del ser humano. En el tercer nivel encontramos los instintos, que son una conducta “inteligente” en apariencia, pero que es estereotipada e inmodificable, que sin embargo es la que rige toda la manera de interactuar, impulsar y dirigir nuestro enfrentamiento con el mundo, y se presenta en los animales desarrollados desde cierto nivel, como en el caso del ser humano.

Todas estas funciones mentales fueron desarrolladas para un final, la adaptabilidad. El cuarto y último nivel lo constituye la inteligencia, que es un mecanismo mucho más rápido, que permite reestructurar la conducta según los cambios que se nos presenten, en servicio de suplir nuestras necesidades básicas y emocionales de manera eficiente, sin que se necesite para ello el paso de muchas generaciones como en el caso del instinto.

El ser humano es considerado el más inteligente de los pobladores de la tierra por su gran adaptabilidad. Esta, solo es posible en la medida que podamos transformar nuestras percepciones del mundo, de manera que podamos llegar a tener cierto control sobre este. La lectura de los estímulos que nos “atacan” de diversas formas, es la que nos permite la interpretación y posterior adaptamiento a los hechos cotidianos.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos establecer que la lectura es un medio instintivo en el hombre, que se encuentra en servicio de la inteligencia como nuestro medio principal de enfrentarnos a la vida social e interna de cada uno de nosotros.

 

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